Hemos llegado al año 2022 después de unas navidades muy diferentes y, en muchos casos, difíciles; pero ahora toca volver a la rutina de estudios por fin, a poner los pies sobre la tierra, a dejar de procrastinar, volver a la rutina y a prepararnos para terminar el curso a lo grande.
Hemos vagueado un poco tod@s y lo sabemos; ahora nos entran los agobios y los sudores. Toca asumir, afrontar y ponerse a tope. De poco nos sirve pasar horas quejándonos porque solo vamos a conseguir perder el tiempo y angustiarnos más.
¿Hemos hecho mucho menos de lo que deberíamos? Puede ser, pero eso nos habrá servido también para desconectar y darle un descanso al cerebro, que ahora estará más fresco y receptivo. Vamos a echarle ganas al asunto, a dar lo mejor de nosort@s mism@s y a ver cómo, poco a poco, volvemos a nuestras rutinas.
Como sé que por muy bonito que parezca no es fácil, nuestra psicóloga molona de confianza Patricia Polo y yo, os hemos preparado unos tips para que os sea más fácil la vuelta.
Bajo mi experiencia como docente, siempre observo que repetís constantemente dos grandes problemas que os encontráis a la vuelta:
1.- He desconectado tanto que ya no me acuerdo de nada.
No te preocupes, es normal que creas que estás desubicad@. Lo bueno de las asignaturas de ciencias es que siempre están ahí. No te agobies, date tiempo, ve poco a poco, pero sin pausa, focalízate y verás como recuerdas mucho más de lo que crees.
2.- He perdido toda la agilidad mental que tenía.
Esta agilidad que crees haber perdido es el equivalente a volver a correr cuando llevas una semana sin ir al gimnasio. Con un poco de entreno, vuelves a tu forma habitual. En este caso, voy a recomendarte que te des una vuelta por el blog, ahí tienes juegos que además de divertirte, es el mejor entrenamiento que podemos darle al coco.
Aprovecha que la ciencia está en todas partes. No te encierres solo en tus apuntes. Juega con ella, experimenta, lee libros… Todo esto, además, hará que cambie tu visión, que entiendas todo mucho mejor y que no veas estas asignaturas como un castigo divino, sino como una aplicación de todo lo que nos pasa y nos rodea.
Todo es mucho más fácil de entender, cuando encontramos la motivación para hacerlo.
Bajo la experiencia de Patri y recogiendo la metáfora de más arriba, no podemos hacer una maratón sin entrenar.
La vuelta de las vacaciones de Navidad son las más duras: no vuelves con el contador a 0 como en septiembre; vuelves debiendo recordar lo que ya sabías hace 3 semanas, sin el repaso que suele hacerse los primeros días de clase tras el verano. “¡Pero si yo ya no me acuerdo ni de qué iba el último examen de Física!”. Si te identificas con esta frase, aunque sólo sea un poquino, ES NORMAL. Has descansado, has desconectado, te han pasado cosas, durante unas semanas los estudios no han sido tu prioridad. Eso también está bien. Llegamos a diciembre haciendo tiradas largas de carrera, llegando a correr 40 km. Después de este descanso a tu cuerpo no le apetece ni un poquito ponerse a correr: “madre mía, otra vez a hacer exámenes, qué pereza, no quiero hacer nada”. ¡BIENVENIDA LA PROCRASTINACIÓN! O dicho de otra manera: no hacer ni el huevo y hacerlo todo a última hora.
Spoiler Alert: no sale bien. Sólo os va a provocar más agobio después y más esfuerzo a la larga…sale caro.
¿Llevas 3 semanas sin correr y te vas a hacer los 40 km de golpe? Probablemente en el km 2 ya te hayas lesionado y probablemente hasta te vomites encima…Para evitar esta fatiguita, vamos a hacer un entrenamiento que nos mantenga en forma:
– 1. Calentamiento:
Lo que yo llamo “el paseo del jubilao”. ¿Tú has visto a ese señor mayor de 80 años que anda más rápido que tú? Pues este paseíto es el paso previo a iniciar la carrera. Saliéndonos de la metáfora, consistiría en volver a preparar la zona de estudio, el material, revisar si necesito algo, ordenar apuntes…esos pequeños pasos previos que te acercan al estudio que vendrá después.
– 2. “Trote cochinero”:
Una carrera ligerita que se hace pesada pero no te cansa mucho y te permite aguantar más tiempo. Consistiría en comprometerse a la vuelta de vacaciones a llevar todo al día: dedicar un rato cada día a repasar lo abordado en clase, deberes, consultar dudas, hacer esquemas…tooooodas esas cositas que son una castaña pero que te van a ayudar en el último paso.
Cuanto más constante seas en este paso, más fácil será después. Es un ritmo difícil de mantener, no pasa nada si pasas del trote a caminar, lo importante es que no te pares en seco. Esto ayudará a que cuanto mejor lo lleves, más fácil te resultará. Recuerda que la motivación no nace, se hace.
– 3. “La carrera”:
Ahora que tus piernas ya están preparadas, toca correr de verdad. Hacer un estudio más profundo para el examen o para estudiar esa materia que tanto se atasca. Teniendo el entorno de estudio preparado, habiendo hecho el trabajo previo de deberes y resolución de dudas ahora es más fácil “hincar los codos”. Haciendo todo lo demás será menos probable que llegados aquí nos pongamos malitos de los nervios.
Extra a cada paso: reconócete cada paso que avanzas, te parezca mucho o poco. Valora cada esfuerzo que hagas, por poco que sea, lo estarás haciendo bien y por último, recuerda que vales lo mismo saques la nota que saques, eres mucho más que un número 🙂